Anoche la Met Gala 2025 convirtió las escaleras del MET en una pasarela de puro flow y sastrería fina, con temática “Superfine: Tailoring Black Style”. Y sí, aunque muchos nomás entendieron “ponte saco y hazte el interesante”, otros sí se tomaron en serio eso de “hecho a medida”. Rihanna literalmente dijo “me mide tres bebés” y apareció embarazada otra vez, con un outfit de Marc Jacobs que parecía gritar: “Sí, vengo con corpiño… y heredero”.
Bad Bunny también dio la nota, y no por rapearle a Kendall desde la alfombra (por ahora), sino por vestirse como jíbaro chic: traje Prada, sombrero pava boricua y botines blancos de “mataperrear en el yunque”. Mientras tanto, Rosalía se convirtió en un maniquí andante con su vestido escultura de Balmain, Zendaya fue puro Louis Vuitton dandi, y Diana Ross hizo entrada triunfal envuelta en plumas y lentejuelas como si fuera un ave fénix de los Grammys del 82.
La noche fue tan elegante como cara: boletos de hasta 75 mil dólares y mesas de 330 mil, porque claro… ¿qué es una gala sin un poquito de drama fiscal? Pero el highlight fue cultural: esta edición homenajeó la estética y resistencia de la moda afroamericana, dándonos un combo de historia, estilo y escándalo digno de ver en loop. Próxima parada: Rihanna lanzando línea de ropa premamá de lujo (con sombrero de jíbaro, ojalá).
