By: Billie Ivan
Nadie nos va a extrañar; la serie mexicana de adolescentes situada en los años 90 ha sido todo un éxito y se convirtió en la serie número uno de Amazon Prime Video.
Siendo el factor nostalgia uno de los más impactantes a la hora de verla, pues el material nos traslada directamente hacia una Ciudad de México llena de rock en español de la época, cintas de casete y vochitos de colores en las calles.
La historia de Nadie nos va a extrañar es simple al igual que compleja, pues como espectador, no tardarás en entender todo lo que pasa en la misma, sin embargo, tal es el punto con un tema en concreto sobre el final, que varios han dicho, puede servir como un mensaje para aquellos que se sientan incomformes con sus vidas.
Memo (personaje principal) es un chico que llega a una preparatoria en la Ciudad de México en busca de terminar un ciclo escolar más como cualquier chico, con miedo a que pueda terminar siendo un infierno entre sus compañeros, pues por lo que nos da a entender la serie, en el pasado, Memo no destacó tanto en la(s) escuela(s) donde antes estuvo. Pero esta vez será diferente, pues luego de un encuentro muy casual con un joven llamado Alex, Memo haría su primera relación luego de haberle “salvado el pellejo” y que más tarde, Alex le devolviera el favor.
Así, rápidamente Memo logra meterse a un grupo de amigos muy particular que cuentan tener un negocio dentro de la escuela, y del cuál Memo formará parte.
Muchas subtramas se desarrollan durante los 8 capítulos que la serie nos muestra. Todas con la suficiente fuerza para entrar rápidamente en ti y comprender el entorno del universo de esta serie.
Pero, ¿de dónde surge la idea de Nadie nos va a extrañar?
Adriana Pelusi junto con Gibran Portela (guionistas de la serie) tuvieron la intención de crear una serie donde se contara una historia de adolescentes más apegada a la realidad y no tanto a cómo hemos estado acostumbrados a ver en televisión últimamente. Sobre todo, cuentan que a la hora de escribir el guion, quisieron que fuese una historia contada sin dispositivos móviles en la historia, pues estos suelen ser un impedimento para los guionistas a la hora de contar la trama.
A.P. Pensamos en chicos que no serían los protagonistas de las otras series. Nuestros chicos son todos muy monos y atractivos, pero no serían los protas. En las series mexicanas de jóvenes, por ejemplo, los protas tienden a ser niños ricos de dinero, de familias importantes, que hacen cosas como exacerbadas, que tienden a ser como todos blancos, tienden a ser todos guapísimos, tienden a hacer también como sus tramas. Si alguien es gay, no es el protagonista, es el amigo del protagonista, pero no la trama central.
P. Quizás la forma de enfrentar a los chicos populares sea diferencial.
A.P. Los bulean (acosan), los molestan y les dicen cosas y es difícil la vida para ellos, pero no es que ellos se sientan víctimas de lo que les sucede. El mundo todavía no está al nivel que requieren estos chicos, pero están bien consigo mimos. También quisimos darle la vuelta a los bullies (acosadores). Tienen posibilidades de redención, las chicas en especial. No son las chicas malas, como de Mean Girls y demás. Tienen sus propios problemas, también quieren tener amigos y que las quieran.
En definitiva, esta serie es algo que cualquier público puede disfrutar, pues por lo mismo de que la historia se siente más terrenal y no un producto de fantasías adolescentes, conecta con todos y cada uno de los espectadores.
